

En los últimos días he tenido la oportunidad de compartir con él Viceministro para la Transformación Digital, Óscar Alexander Ballén Cifuentes, en EL TIEMPO en torno a un evento sobre inteligencia artificial, pero nos perdimos un tema que nos conectó de inmediato: el papel de las redes sociales en el cuidado de niños y menores en Colombia.
Basado en el hecho de que Las redes sociales son actores muy relevantes en el mapa informativo y pedagógico de Colombia. Además del ecosistema empresarial y económico en general, que tiene gran interés por su amplio alcance, tamaño y audiencia, coincidimos: ¿cómo regular efectivamente a estos gigantes digitales en su responsabilidad directa por el cuidado, el bienestar y el correcto desarrollo emocional e intelectual de los millones de menores en Colombia?
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El viceministro Ballén, que ya lo ha dicho públicamente en otras ocasiones, señaló que los grandes esfuerzos oficiales en educación digital, capacitación en TIC e inversiones en programas de protección y educación en entornos digitales como Ciberpaz y otros están siendo completamente minados por la UE. sin control y gestión de redes como TikTok, Instagram, Facebook, etc., que ya no sólo permiten la difusión de contenidos nocivos, vacíos e indignos, sino que también permiten a grupos ilegales publicitar abiertamente “su estilo de vida”, armas, dinero fácil y “poder” para reclutar menores en las regiones y ciudades.
El funcionario también reconoció el alcance de los fuertes esfuerzos de lobby de estas empresas cuando se trata de crear espacios para discusiones regulatorias. “Es un desafío”, dijo Ballén.
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Tiene razón, viceministro. A estas alturas lo hemos dicho decenas de veces: las redes sociales en Colombia son más poderosas que los medios de comunicación, tienen una enorme influencia en la opinión pública y son responsables directas de la difusión de los medios sin ningún control. Mensajes de odio político, misoginia, desafíos virales mortales, glorificación del consumo de alcohol, drogas, manipulación de la verdad. y responsabilidad directa en la difusión de información errónea y no pasa nada.
Foto:iStock
Diferente a eso Medios que cumplimos con decenas de normativas, controles y obligaciones, Las redes sociales se esconden tras su historia de “autorregulación” o, como bien observó usted, señor Viceministro, tras el manto de la “libertad de expresión” para eludir la responsabilidad directa que tienen sobre el bienestar de todos.
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Por supuesto, estas redes tienen un gran potencial positivo que necesita ser fortalecido hacia la pedagogía, el desarrollo económico, el emprendimiento social y la incentivación del conocimiento sin conveniencias algorítmicas y al menos guiarse por la responsabilidad de los medios de respetar la objetividad, los valores y la libertad de expresión y, sobre todo, de proteger la dignidad y la verdad de los hechos.
¿Qué hacemos, viceministro? Estamos listos para apoyar.
JOSÉ CARLOS GARCÍA R.
Editor multimedia
@JoséCarlosTecno



