La noche del próximo viernes 10 de octubre, alrededor de las 22 horas, vecinos de la vereda Congual, en la zona rural de la comuna Pinchote (Santander)alertó a las autoridades sobre el hallazgo de un cadáver en un sector conocido como La Variante.
Personal uniformado acudió inmediatamente al lugar y tras comprobar la situación, encontraron el cadáver de un hombre sin documentos. EL TIEMPO ha establecido que la víctima fue identificada como Antonio Daniel Gamboa Rodríguez, de nacionalidad venezolana, quien fue encontrado a un costado de la vía, portando casco, corsé color gris y pantalón negro.
El hecho ocurrió en Pinchote, comuna cercana a San Gil. Foto:archivo privado
Los uniformados que intervinieron en el caso confirmaron que había varios impactos de bala en el cuerpo, incluidos cuatro impactos de bala en el rostro. En el lugar fueron encontrados ocho proyectiles calibre 9 mm, lo que indicaría que el ataque fue directo y a corta distancia.
Agentes del Cuerpo de Investigaciones Técnicas (CTI) de la Fiscalía, quienes confirmaron que la víctima había recibido cuatro golpes en el rostro, se encargaron de recuperar el cuerpo y tomar medidas urgentes.
Según las primeras investigaciones, Gamboa Rodríguez tenía antecedentes penales por tráfico de drogas y podría haber estado involucrado en Grupo Conjunto Contra el Crimen Organizado (GDCO) «Zafiro»desmantelados en 2024 durante un operativo que capturó a 10 de ellos en Santander.
Un cadáver fue encontrado con cuatro impactos de bala. *Foto de referencia. Foto:iStock
Las autoridades no descartan que el incidente esté relacionado con disputas por la venta de drogas en la región. Según información preliminar, tras la disolución del grupo «Zafiro», algunos de sus ex integrantes continuarían operando de forma independiente, lo que daría lugar a enfrentamientos internos y venganzas.
EL TIEMPO conoció que Gamboa recibió una citación para ser interrogada por parte de la alcaldía de San Gil. La visita fue pospuesta 10 de abril de 2023, a las 08:00en el Despacho del suscrito Inspector Javier Arias, ubicado en el Centro para la Cultura y la Convivencia Pacífica.
«El abajo firmante inspector de policía del municipio de San Gil, Santander informa que como parte del procedimiento administrativo relativo a la solicitud del Sr. Antonio Daniel Gamboa Rodríguez, presentarse personalmente en el Centro de Convivencia, ubicado en Calle 22 No. 9-32, San Gil, (S), el día 10 de abril de 2023 a las 11:00 horas a efecto de ejercer el derecho de defensa y oposición en relación con la presunta comisión de conductas contrarias a la convivencia a que se refiere el art. 27, punto 6 de la LEY 1801 DE 2016”, se lee en el documento.
Así fue el llamado a Anthony Daniel Gamboa. Foto:archivo privado
Los investigadores analizan si el crimen ocurrió en el lugar o si el cuerpo fue arrojado posteriormente en la vía que conecta Pinchote con San Gil. También se revisan las cámaras de vigilancia en los accesos a la comuna y se recogen testimonios de vecinos del sector.
Colapsa la banda que extorsionaba a agricultores en Santander
El operativo conjunto de la Policía Estatal del Gaula y el Gaula Militar, que duró más de dos años, permitió desmantelar un grupo delictivo organizado. «Cerbero», rresponsable de numerosos casos de extorsión en el este del país.
Una investigación iniciada en la comuna de Landázuri (Santander) reveló que la estructura intimidaba a comerciantes, transportistas y agricultores utilizando nombres de disidentes FARC, Segunda Marquetalia, exigirles dinero a cambio de «protección».
La acción coordinada resultó en la captura de los dos principales cabecillas, Jhonatan Ernesto Silva Garzón, alias «El Comandante Alfonso», y Wuilmer Caviedes Pastrana, alias «Wilmer», quienes fueron detenidos en los municipios de Algeciras y Rivera (Huila) y luego encarcelados por el delito calificado de extorsión.
Las autoridades realizaron una investigación contra este grupo criminal que duró más de dos años. Foto:Proporcionado por las autoridades.
La investigación permitió determinar que «Los Cérberus» se presentaba como un frente armado de las FARC destinado a ganar poder e intimidar a la comunidad. Bajo esta fachada, exigieron que cada comerciante y propietario pagara una tarifa de tres millones de pesos, amenazándolos con ataques a sus vidas y a sus tierras.
La estructura operó principalmente en los caminos Landázuri, para luego extender su control a zonas urbanas, donde incluso llegó a lanzar una granada de fragmentación contra un puesto comercial en represalia por falta de pago.
Según la policía, el grupo lograba recaudar casi 100 millones de pesos mensuales mediante extorsión. La investigación incluyó testimonios clave de nueve víctimas, lo que nos permitió llegar a los líderes de la organización.
MARÍA ALEJANDRA GONZÁLEZ DUARTE
Redacción Narod