En la zona rural de La Vega, Cauca, se ha registrado un trágico incidente que ha sacudido a la comunidad. Carlos Salamanca Galíndez, un soldado profesional de solamente 27 años, fue asesinado. Su cuerpo fue encontrado al amanecer del sábado 19 de abril.
El joven soldado había llegado a visitar a sus padres durante la Semana Santa en su hogar en La Troch, donde la esperanza de un tiempo en familia pronto se tornó en terror. Durante un breve momento de descanso, hombres armados lo secuestraron, replanteando el viaje con un giro oscuro.
De acuerdo con los relatos de testigos presenciales, durante esa fatídica noche en la que se conmemoraba el Viernes Santo, individuos encapuchados llegaron en vehículos blindados equipados con armamento pesado y se lo llevaron en una dirección desconocida, dejando a la comunidad con miedo y confusión.
Un soldado que había recibido permiso de la Brigada para pasar unos días con su familia en la casa se convirtió en una víctima de este violento crimen.
Imagen de referencia para levantar el cuerpo. Foto:AFP
La madre de Carlos, doña Aura, y su padre, Don Daniel, estaban emocionados por tener a su hijo en casa, pero ese momento de alegría se tornó en horror cuando supieron lo que le había pasado. “Ver a Carlos esta Semana Santa, en nuestra granja en La Troch, era un sueño hecho realidad,” compartió doña Aura entre lágrimas. Pero ese sueño se desvaneció cuando los hombres armados irrumpieron y se lo llevaron.
Juan Carlos Gañán, un conocido de la familia, relataría que el ataque ocurrió en el Vered El Roble, donde los atacantes, armados y en vehículos blindados, llegaron a la finca. “Lo siguieron, su muerte ya estaba marcada. En la localidad sabían quién era y lo que hacía, por lo tanto, lo tomaron como un objetivo», comentó Gañán, destacando el ambiente de inseguridad constante en la región.
Disinaciones de FARC Foto:Tiempo de archivo
Víctima de disparos
Unas pocas horas después, el cuerpo del soldado fue encontrado con múltiples disparos en un área cercana, sin que ninguna autoridad judicial hubiera realizado el levantamiento correspondiente. Los peores temores de su madre se hicieron realidad cuando Carlos fue hallado muerto, víctima de la violencia y el abandono.
Los habitantes de El Roble tomaron la iniciativa de resguardar el cuerpo de Carlos hasta que llegó la patrulla militar. Este acto de dignidad y respeto resalta la solidaridad de la comunidad ante el horror que enfrentan.
Juan Carlos Gañán también mencionó que, a pesar de las advertencias sobre los peligros de regresar a esa zona, el joven soldado fue impulsado por el amor a su familia y su deseo de pasar tiempo con ellos en un momento tan significativo.
“Esa mañana del Sábado Santo fue un momento desgarrador; un retorno trágico para la familia,” dijo un amigo cercano, enfatizando el dolor que causó la pérdida. Aunque aún no se ha determinado a qué grupo pertenecen los responsables, la zona de Cauca ha sido identificada en el pasado como un punto caliente de conflicto relacionado con grupos armados como el Eln y distintas facciones de las FARC.
Disidentes en Cauca. Foto:Tiempo de archivo
Operación en ratones y cilindro de bomba
En medio de este clima de turbulencia, el ejército colombiano logró neutralizar más de 100 kilogramos de explosivos en el Cañón de Micaay, ubicado en Cauca.
Como parte de las operaciones que se están llevando a cabo en esta región, miembros de la Brigada de Tráfico de Drogas No. 3 y de las Fuerzas de Distribución Rápida No. 4, bajo la Tercera División del Ejército Nacional, hallaron varios artefactos explosivos improvisados en diversos puntos conflictivos de la zona.
En la primera acción, las tropas llegaron a la aldea de Piagua, dentro de la comuna de El Tambo, donde encontraron un cilindro de bomba que había sido enterrado en la carretera, destinada a ser utilizada en un ataque.
De acuerdo con las informaciones obtenidas por inteligencia, este artefacto había estado oculto durante más de dos semanas y poseía un sistema de activación que le permitía ser detonado desde más de 100 metros de distancia.
Las fuerzas militares lograron destruir el dispositivo de forma controlada, eliminando así un peligro inminente que podría haber afectado a unas 1300 personas que transitan diariamente por esa área rural.
En una segunda operación, realizada en el pueblo de La Cibiba, en el corregimiento de El Silver, se localizó otro cilindro, esta vez equipado con tres minas anti-persona, también oculto entre cultivos ilegales. Este hallazgo está vinculado a las acciones terroristas planeadas por la estructura de Carlos Patiño, que busca seguir sembrando el terror y la incertidumbre entre la población de esta región crucial del país.
El Ejército Nacional, a través de una declaración, rechazó categóricamente el uso de estos métodos violentos que constituyen una violación a los derechos humanos y al derecho humanitario internacional. Además, reafirmaron su compromiso a seguir adelante con operaciones militares contundentes contra las fuerzas desestabilizadoras que afectan la vida y bienestar de los colombianos.
Michel Romolaux
Especial a tiempo
Popayán
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