Mientras dure esta medida, que afecta también a la vecina provincia portuaria del Callao, permanecen temporalmente suspendidos derechos fundamentales como la inviolabilidad del domicilio y la libertad de reunión.
22 de octubre de 2025. El presidente interino de Perú, José Jerí, anunció este martes que se declaró el estado de emergencia en la capital Lima y la vecina provincia portuaria del Callao a partir de la medianoche de este miércoles (05:00 GMT), y por un período de 30 días, tras semanas de protestas por la corrupción y la creciente inseguridad ciudadana.
En un mensaje a la nación transmitido por televisión y redes sociales, Jerí dijo que «la delincuencia ha aumentado desproporcionadamente», causando un enorme dolor a miles de familias y dañando la economía nacional.
pero el presidente que aún no ha cumplido dos semanas en el poder tras suceder a la destituida presidenta Dina BoluarteAñadió que «hoy empezamos a cambiar la historia» y que la lucha contra el crimen organizado permitirá a su país «restaurar la paz y la tranquilidad».
«Las guerras se ganan con hechos y no con palabras», afirmó, sin dar más detalles sobre las medidas en el estado de emergencia declarado por el gobierno.
Suspensión de derechos fundamentales
Según el decreto de estado de emergencia publicado en el diario oficial El Peruano, mientras dure esta medida quedan suspendidos derechos fundamentales como la inviolabilidad del domicilio y la libertad de reunión, en momentos en que se desarrollan una serie de protestas contra el gobierno y el Congreso por diversos motivos, entre ellos la inseguridad.
El estado de emergencia también contempla que las Fuerzas Armadas brinden apoyo a la Policía Nacional en la lucha contra el crimen organizado con patrullajes en zonas críticas como paradas de autobús, estaciones de metro e instituciones asociadas y otras situaciones de violencia.
Policías y militares también custodiarán instituciones públicas e instalarán comandos temporales de campaña para las fuerzas combinadas en coordinación con los municipios más afectados por la confiscación masiva y permanente de armas, municiones, explosivos ilegales y artefactos pirotécnicos.
Mientras tanto, en las cárceles se limitarán las visitas a los presos, mientras el decreto de estado de emergencia prescribe «un apagón eléctrico en las celdas, permitiendo sólo la iluminación», así como «el desmantelamiento y destrucción de antenas de telecomunicaciones ilegales, y confiar su apoyo a las Fuerzas Armadas».
A lo largo de la jornada de este martes, el Consejo de Ministros se reunió para desarrollar el marco legal del estado de emergencia que el presidente anunció hace unos días para enfrentar la ola del crimen organizado en Lima, donde vive un tercio de la población peruana.
Asimismo, horas antes de enviar el mensaje a la nación, Jerí, en su cuenta de la red social, animó a X con la publicación: “de lo defensivo a lo ofensivo contra la delincuencia”.
Aunque el presidente evitó dar más información sobre el desarrollo de esta medida, el ejecutivo peruano ha decretado estado de emergencia en los últimos años en varias regiones del país, especialmente en la costa norte para combatir la minería ilegal, e incluso en algunos distritos de la capital para que la policía nacional cuente con el apoyo de las fuerzas armadas para controlar la seguridad de los ciudadanos.
Asimismo, se suspenden varios derechos constitucionales durante su período de vigencia, como la libertad de circulación y reunión y otros.
Semanas de protestas
Durante el mes pasado, más de 200 personas resultaron heridas en las protestas, entre ellas agentes de policía, manifestantes y periodistas. La policía disparó y mató a un hombre.
Las protestas contra el gobierno y el Congreso de Perú han sido encabezadas por la llamada «Generación Z» que se manifiesta contra la corrupción y la creciente inseguridad de los ciudadanos, alimentada por el aumento del crimen organizado.
En las últimas semanas se han registrado huelgas de transportistas y movilizaciones de protesta por los efectos del crimen organizado en Lima y otras ciudades del país, que ha dejado decenas de muertos sólo en el sector del transporte urbano, y este problema fue uno de los principales motivos de la destitución de la expresidenta Dina Boluarte (2022-2025) en la 9ª sesión del Congreso.