Han transcurrido tres meses y cuatro días desde que se inició la crisis de seguridad en Catatumbo, una situación que ha llevado al desplazamiento de 64,000 personas y ha resultado en más de 100 muertes, además de que al menos 12,000 individuos se encuentran con severas limitaciones en Norte de Santander. La inestabilidad en la región se ha intensificado, lo que ha señalado la urgencia de una intervención efectiva por parte de las autoridades.
En particular, el Sur ha sido escenario de enfrentamientos entre los miembros del Ejército Nacional de Liberación (ELN) y los disidentes de las FARC, específicamente el grupo que se identifica como el Frente 33. Estas confrontaciones han generado un clima de temor y violencia que afecta a la población local de manera devastadora.
Un testimonio impactante se obtuvo a través de una transmisión en vivo realizada por un residente de la zona, donde se podían escuchar los intensos enfrentamientos entre las dos facciones armadas, con disparos que resonaron durante más de seis horas ininterrumpidas. Esta situación representa una amenaza grave para la seguridad de los civiles que habitan en el área.
Durante la pelea, los grupos armados utilizaron drones para lanzar explosivos.
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Captura de pantalla
Las grabaciones revelaron momentos críticos, incluyendo una explosión producida por un dron que impactó en una de las montañas de la zona. Este tipo de tácticas representan un nuevo nivel de sofisticación en la violencia que se vive en Catatumbo.
Según fuentes del ejército, hasta el momento no se han reportado consecuencias directas sobre la población civil como resultado de los enfrentamientos entre los grupos ilegales. Sin embargo, la situación continua siendo volátil y representando un riesgo constante.
Operaciones de fuerzas públicas
El ejército está llevando a cabo operaciones para neutralizar tanto a los disidentes de las FARC como al ELN. En este contexto, el 17 de abril, como parte de las operaciones militares efectuadas por soldados del Grupo de Tareas Vulcan, fueron capturados dos miembros del Frente 33. Este hecho es parte de una respuesta organizada ante las recientes confrontaciones con el ELN en esta particular región del país.
El ejército arrestó a dos miembros del Frente de las FARC durante la operación.
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Entregado por las autoridades
Estos individuos fueron detenidos en el sector conocido como área larga en Tibú, un área que ha sido golpeada por la violencia de manera recurrente. Adicionalmente, las autoridades han confiscado materiales de guerra que pertenecen a los disidentes, incluyendo un vehículo blindado que utilizaban los miembros del frente.
También se incautaron un camión de alta movilidad, dos motocicletas, municiones, cargadores, nociones para el combate, equipos de comunicación, y otros elementos que serían empleados para llevar a cabo actividades terroristas en la región.
Las autoridades informaron que «una vez realizadas las verificaciones pertinentes y completos los protocolos de seguridad, el material interceptado y confiscado fue puesto a disposición de las autoridades competentes. Es un proceso que busca garantizar que se actúe en conformidad con la ley y los derechos humanos.»
El vehículo blindado artesanal que fue confiscado,
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Entregado por las autoridades
Las autoridades añadieron que «estos resultados contra el crimen subrayan el esfuerzo por contrarrestar las actividades penales de grupos armados organizados en la región, quienes emplean tácticas violatorias de los derechos humanos y que constituyen infringencias al derecho humanitario internacional (DIH).»
En esta franja del país, este fin de semana, se reportó la muerte del patrullero Andrés David Padilla Mejía, de 28 años, quien fue atacado durante la procesión de Semana Santa en la comuna de Lourdes, en Norte de Santander, mientras acompañaba a los feligreses, un acto que resalta las tensiones y peligros que viven los habitantes del área.
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María Alejandra González Duarte
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