En el corazón del Valle del Cauca, en la ciudad de Buga, vivía una familia compuesta por cinco hermanos, entre los cuales el más joven era Luis Fernanda Saldarriaga Leal, una adolescente de 17 años que siempre mantenía una sonrisa y un espíritu alegre. Celebró su cumpleaños el 27 de noviembre, un día que se convirtió en un hito para sus seres queridos.
Recientemente, su familia se mudó a Tuluá, también situada en el centro del país, todo en un esfuerzo por proporcionarle a Luis Fernanda una mejor educación y oportunidades para alcanzar su sueño profesional de convertirse en abogado o ingeniero.
Luis Saldarriag Leal. Foto:Archivo privado
En una conversación con sus familiares, uno de ellos relató cómo Luis Fernanda había expresado su deseo de mudarse a un lugar diferente para aprender más. Sin embargo, en marzo de 2025, la familia tomó la difícil decisión de regresar a Buga después de unos meses en Tuluá, ya que consideraron que era mejor para ella. Regresaron a su hogar el 29 de marzo, después de haber estado buenos tiempos en el nuevo entorno.
Luis Saldarriag Leal. Foto:Archivo privado
En algún momento del día, alrededor de las 28 horas, en una de sus estancias en Tuluá, Luis le habría dicho a su madre: «Voy a salir, dos amigos vienen por mí; nos vemos más tarde». Sin embargo, su madre, que era ama de casa, así como otros familiares, no sabían ni con quién iba a salir ni a dónde se dirigía. Louis se mostró poco comunicativa antes de su salida, lo que generó preocupaciones entre sus seres queridos.
Desde pequeña, Luis Fernanda había dejado claro su deseo de completar sus estudios de secundaria. Estaba en su sexto año, con un futuro brillante al alcance de sus manos, ansiando alcanzar sus metas de ser ingeniero o abogado. Su decisión de mudarse era un paso hacia la realización de esos sueños, pero había expresado que se sentía aburrida en Tuluá.
La campaña «No es hora de cerrar» contra la violencia sexual. Foto:Tiempo
¿Qué ocurrió con Luis Fernanda Saldarriaga Leal?
Las autoridades iniciaron una investigación, recopilando testimonios de la familia y amigos de Luis Fernanda. También revisaron grabaciones de las cámaras de seguridad en Tuluá y en el trayecto hacia Buga, un recorrido que dura aproximadamente 30 minutos. Además, analizaron mensajes que Luis había enviado a su madre y otros familiares, los cuales habían sido enviados hasta el 31 de marzo. En esa fecha, según se informó, ella ya había regresado a Buga con su familia.
La preocupación aumentó rápidamente a medida que se hacían evidentes las incógnitas sobre su paradero. Se comenzó a difundir información sobre ella en redes sociales y medios locales en un intento desesperado por hallarla.
Desafortunadamente, el 1 de abril, la policía encontró el cuerpo de una mujer en condiciones trágicas; estaba dentro de una maleta cerca de la laguna de Sonso, en una sección conocida como Puerto Bertín, dentro del municipio de Buga.
Desarrollo de la investigación
Han pasado 15 días desde la muerte de la joven y están a la espera de pruebas forenses que confirmen la identidad de la víctima. Uno de los elementos cruciales para reconocer a Luis Fernanda fueron sus tatuajes, entre los cuales se encontraba uno de una muñeca que, para su familia, es de gran significado.
El coronel Pedro Pablo Astaiza Cebén, comandante de la policía del Valle, fue claro al señalar que hay indicios que sugieren la implicación de ciertos individuos en el caso, en relación directa con el homicidio de la joven. Se está llevando a cabo una investigación exhaustiva conjuntamente con la Fiscalía y el Cuerpo de Investigación Técnica (CTI).
La marcha de la campaña «No es hora de cerrar» contra la violencia sexual en el país. Foto:Mauricio León. Tiempo.
Según parece, el coronel Astaiza también apunta hacia el círculo cercano de la víctima, sugiriendo que podría haber personas que la conocieron antes de su trágico desenlace en su desaparición. Aunque el caso aún no ha sido clasificado formalmente como feminicidio, muchos en la comunidad sostienen que las características del caso indican lo contrario y han hecho un llamado a la justicia.
La familia ha manifestado su frustración, indicando que no han recibido suficientes actualizaciones sobre el estado de la investigación. Como han señalado, la policía no les ha brindado la información necesaria y se sienten desatendidos.
Casos similares en el Valle del Cauca
Este tema resuena con otros incidentes trágicos, como el asesinato de Maribel Carlosama Ortiz, de 21 años, y su hermana Nicole Dayana Orozco Ortiz, de 14, quienes vivían en Restrepo, al norte del Cauca. Ambas fueron víctima de un crimen que sigue resonando en la comunidad y ha generado debates sobre la seguridad de las mujeres.
Tanto Maribel como Nicole tenían un pasado familiar complicado y habían sido víctimas en un contexto de violencias, como se ha señalado por su madre, Monika María Ortiz, en los medios. La condena a los responsables de este crimen, emitida hace cinco años después de un prolongado proceso judicial, resulta en un eco espeluznante sobre la falta de seguridad en el país.
En el tránsito de estos cinco años, los dos hombres acusados han estado tras las rejas cumpliendo sus condenas, mientras la comunidad continúa exiguiend justicia ante la falta de soluciones concretas para el aumento de estos delitos.
¿Cómo reportar violencia sexual?
Existen recursos importantes disponibles para aquellas personas que sufran violencia en sus diversas formas. Si tú o alguna mujer de tu alrededor es víctima de violencia psicológica, física, económica o sexual, puedes ponerte en contacto con la Línea Nacional 155.
También se puede reportar cualquier incidente a la Oficina del Fiscal General al número 018000919748; desde cualquier tipo de teléfono móvil se puede marcar 122 o, para aquellos que se encuentren en Bogotá, pueden comunicarse al 601 5702000. Además, la Línea Púrpura de la Secretaría de la Mujer, para quienes necesiten asistencia, está disponible al 018000112137.
La policía metropolitana también cuenta con mecanismos para recibir denuncias al igual que la Secretaría de Mujeres, que se ocupa de la igualdad y la diversidad sexual.
Para aquellos que enfrenten violencia, es crucial que se acerquen a las estaciones de policía, especialmente en casos de violencia mental, física o hereditaria. Las autoridades están aquí para ayudar y garantizar que todos tengan acceso a la justicia.
Carolina Boorquez
Corresponsal de El Tiempo
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