Israel duplica su estrategia de extinción y limpieza étnica en Gaza un mes después de romper las armas

Tras la reanudación de las hostilidades con Hamas, Israel ha transformado Gaza en lo que se describe como una «tumba regular», con más de 51,000 muertos registrados. Este dramático y trágico aumento en las cifras de víctimas refleja la intensidad y brutalidad de los recientes enfrentamientos.

El pasado viernes, 18 de abril, se cumplió hace un mes que Israel rompió de manera unilateral la tregua, tensión que había comenzado a escalar en enero con las milicias de Hamas. En este contexto, los ataques indiscriminados han vuelto a intensificarse, afectando principalmente a civiles, convirtiendo a Gaza en una especie de cementerio para una población que ya se encuentra atrapada en un ciclo de violencia implacable. Además, se ha transformado en una trampa mortal para quienes buscan brindar asistencia humanitaria o documentar los actos de genocidio que se están cometiendo.

Desde la madrugada de este viernes, se reportaron muertes de aproximadamente cien personas en el norte y sur de Gaza, como resultado de ataques aéreos israelíes que han impactado viviendas civiles. En el transcurso de un mes de bombardeos que han seguido a la reincorporación de la ofensiva terrestre y aérea por parte del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, tras haber violado el alto el fuego establecido con Hamas, aproximadamente 1,700 palestinos han perdido la vida, incluidos más de 500 niños.

No obstante, estos números se ven empañados por la abrumadora cifra de más de 51,000 palestinos muertos, de los cuales un tercio son mujeres y niños, durante un año y medio de continuos ataques y ocupaciones. La guerra se intensificó el 7 de octubre cuando Netanyahu lanzó esta implacable máquina de destrucción en Gaza, en respuesta a una incursión masiva de las fuerzas de Hamas en Israel que resultó en 1,200 muertes y 251 secuestros.

“Gaza se ha convertido en una tumba común para los palestinos, así como para aquellos que intentan ayudar,” afirmó el coordinador de emergencia de la ONG Médicos Sin Fronteras, quien describió la situación como un verdadero testimonio de destrucción y desplazamiento forzado de toda la población de Gaza. Durante el último mes, los ataques israelíes se han dirigido a grupos de pobladores de Gaza que se han visto obligados a refugiarse en escuelas y edificios destinados a albergar a los desplazados. De la población que sobrevive a duras penas, más de dos millones de palestinos luchan por subsistir en Gaza, donde lo esencial es cada vez más escaso.

En un análisis publicado por la influyente revista de oposición israelí Haaretz se indica que «la situación en Gaza ya no es una guerra, sino un ataque sistemático contra civiles». La falta de objetivos militares concretos lleva a que Israel lance su ofensiva contra aquellos que no están involucrados directamente en el conflicto. Los gazatíes se ven forzados a elegir entre la muerte o la reubicación a áreas que no garantizan su seguridad.

No hay un lugar seguro en Gaza, ni alimentos, agua o luz, lamentó Bazerolle, subrayando que no existe un espacio seguro ni siquiera para los palestinos que intentan recibir ayuda. Israel controla todos los accesos a Gaza, y desde el 2 de marzo ha bloqueado la entrada de suministros humanitarios. No queda casi ninguna provisión de alimentos, agua, medicinas o refugios disponibles para la población. Organizaciones no estatales también consideran este bloqueo como un crimen de guerra.

El ministro de Defensa israelí, Israel Katz, dejó claro que no se permitirá la entrada de más asistencia humanitaria a Gaza, a menos que Hamas acepte todas las exigencias israelíes para un nuevo alto el fuego. No es negociable para Israel la renuncia a las “rayas de seguridad” necesarias durante el proceso de anexión, un punto que Hamas ha rechazado rotundamente.

Desde la ruptura de la precaria tregua alcanzada de manera temporal con Hamas en marzo, el ejército israelí ha puesto en marcha una campaña de limpieza étnica sin piedad en vastas áreas del norte, centro y sur de Gaza, proceso que ha llevado al desplazamiento forzado de un tercio de la población del enclave en preparación para la anexión.

Esta situación ha llevado a que la ONU inicie investigaciones sobre Israel por genocidio, mientras que el Tribunal Penal Internacional ha emitido una orden de arresto contra Netanyahu por presuntos crímenes de guerra.

Personal humanitario bajo ataque en Gaza

Entre los crímenes de guerra documentados en el marco de esta cruzada de venganza israelí, se encuentra el lamentable ataque continuo al personal humanitario y los paramédicos. Según la ONU, al menos 410 trabajadores humanitarios han sido asesinados, la mayoría de ellos pertenecientes a la Oficina de la ONU para los Refugiados de Palestina en el Medio Oriente (UNRWA), que es el principal proveedor de ayuda humanitaria en la región.

La más reciente masacre de personal humanitario se produjo en Rafah, al sur de Gaza, el 23 de marzo, cuando unidades israelíes abrieron fuego contra un grupo que intentaba ayudar a civiles atrapados entre escombros a raíz de un bombardeo. Unos días después, este grupo fue encontrado enterrado en una tumba común.

Los vehículos de ambulancia y los transportes utilizados por el personal de salud fueron atacados por las fuerzas israelíes, a pesar de estar claramente identificados como vehículos de asistencia. Los paramédicos asesinados eran parte de la Media Luna Roja Palestina y la Defensa Civil de Gaza.

“Este horrendo crimen es otro claro ejemplo del desprecio por parte de las fuerzas israelíes hacia la seguridad del personal humanitario y médico,” afirmó Claire Magone, directora general de Médicos Sin Fronteras en Francia. Magone también criticó la falta de respuesta y el apoyo incondicional que se presta a Israel, lo que solo contribuye a la normalización de estas atrocidades.

El Occidente en silencio o respaldando directamente a Israel

Esta situación es aún más preocupante dado el silencio de organismos como la Unión Europea ante lo que se describe como el genocidio en Gaza. Además, la nueva administración estadounidense liderada por el presidente Donald Trump ha mostrado un respaldo incondicional a la estrategia de exterminio palestino en el enclave. Un enfoque que ha permitido a Netanyahu actuar sin temor a las repercusiones del derecho internacional mientras lleva a cabo su campaña militar en Gaza.

Los recientes ataques también ponen de manifiesto que el compromiso de Trump de despojar a Gaza de su población paliativa se está llevando a cabo sin ninguna oposición. La intención de convertir Gaza en un refugio turístico, como lo declaró el presidente de los Estados Unidos, es un objetivo manifiesto.

Silenciando a la prensa de los bombardeos

Todo esto se enmarca en el silencio por parte de Occidente, que no ha condenado oficialmente el intento israelí de acallar a los pocos periodistas que aún se atreven a informar sobre la devastación en Gaza. En los recientes bombardeos del viernes, tragicamente, el periodista palestino Tamer Meqdad fue asesinado junto a su hija y otros familiares al norte de Gaza. Asimismo, el famoso periodista y escritor Fátima Hassuna perdió la vida en un ataque anterior, sumando su nombre a una lista cada vez más larga de periodistas que han muerto desde el inicio de la invasión israelí.

En total, desde que comenzó la invasión, al menos 210 periodistas y trabajadores de prensa han sido asesinados, constituyendo la mayor pérdida de vidas entre reporteros en un solo conflicto desde la Segunda Guerra Mundial.

Protestas militares contra la guerra de Netanyahu

A pesar de la situación, no todos en Israel apoyan la guerra desatada por Netanyahu y sus aliados extremistas en el gobierno. Un grupo de pilotos de la fuerza aérea israelí ha pedido el fin de los ataques, expresando que se debería priorizar el rescate de los 59 rehenes que siguen bajo custodia de Hamas. En una carta enviada, los pilotos afirmaron que “la guerra solo está beneficiando intereses políticos en lugar de garantizar la seguridad” de Israel. Netanyahu, en respuesta, decidió despedir a los que firmaron la carta, argumentando que esto ‘debilitaba’ al ejército.

Negociaciones para un nuevo alto el fuego están en curso, pero bajo tensión

Mientras tanto, los gobiernos de Catar y Egipto están mediando entre Israel y Hamas desde el inicio de esta crisis para llegar a un nuevo cese al fuego. No obstante, Hamas ha rechazado la última propuesta de Israel, que exigía un alto el fuego de 45 días a cambio de condiciones que imposibilitan la continuación de la lucha mientras ocupan el territorio. El jefe del equipo negociador de Hamas, Jalil Al Hayya, afirmó que su grupo entregaría a todos los rehenes en sus manos, vivos o muertos, siempre y cuando Israel permita la asistencia humanitaria, finalizando el ciclo de violencia y la guerra del hambre.

Israel y Estados Unidos piden más «infierno» en Gaza

En respuesta a la creciente situación, los miembros más extremistas del parlamento israelí han instado a Netanyahu a «liberar más infierno en Gaza», solicitando que el ejército amplíe sus ataques. En la misma línea, James Hewitt, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de los Estados Unidos, advirtió: «Los términos y condiciones para Gaza no han cambiado desde la administración Trump: o se liberan los rehenes o se enfrentan al infierno».

Las anexiones avanzan

Durante la reciente ofensiva israelí, a pesar del cese de fuego, el ejército ha llevado a cabo ataques diarios en áreas donde los desplazados se encuentran asentados. Además, están implementando una serie de operaciones para ocupar y anexar territorios de Gaza como «zonas de seguridad». Esto es especialmente evidente en Rafah, la ciudad más grande de Gaza en el sur, así como en otras partes del norte y este, donde los ataques son más contiguos.

El control de Rafah permite a Israel restringir las vías de comunicación entre Gaza y Egipto, contribuyendo así a un cerco aún más estrangulador sobre la región, dificultando las entregas de ayuda del país vecino. El objetivo es claro: el desplazamiento forzado de la población palestina, la fragmentación del territorio en partes manejables y, finalmente, la eliminación de la población gazatí de su hogar para regresar posteriormente al valle israelí, primero a nivel militar y luego civil.

Comparte este artículo

Facebook
Twitter
LinkedIn
Pinterest