Filadelfia, Viernes 2 de mayo de 2025. Decenas de miles de sindicatos, migrantes, defensores y estudiantes de los derechos civiles se manifestaron en más de mil ciudades y localidades para rechazar las políticas de Donald Trump, los oligarcas, y sus ataques dirigidos contra los trabajadores. Este evento representa otra ola de resistencia al régimen actual en Washington, un claro llamado de alerta en la lucha por la justicia social y los derechos laborales.
«Nunca antes en nuestra historia hay tanta riqueza, mientras que muchos luchan por sobrevivir», afirmó el senador independiente Bernie Sanders ante miles de personas reunidas en el centro de Filadelfia. Con su característico acento de Brooklyn, el senador de Vermont inspiró a la multitud con un mensaje poderoso: la lucha actual en Estados Unidos es contra una oligarquía que reina sobre el bienestar de la gran mayoría. «Este es un gobierno para la clase multimillonaria y por la clase multimillonaria», destacó con énfasis.
Sanders subrayó una realidad preocupante: en «el país más rico de la historia», el 60% de la población vive al día, mientras que un solo individuo posee más riqueza que el 52% de los estadounidenses. Además, enfatizó que el 1% más rico de la nación tiene más riqueza que el 93% de toda la población estadounidense, al tiempo que el salario promedio real ha disminuido en comparación con hace más de cinco décadas. En este sentido, millones de estadounidenses están gritando “no a la oligarquía” y “no a la autocracia de Trump”.
«Nuestra tarea es luchar contra Trump todos los días», declaró Sanders. Pero también es crucial tener una visión clara sobre adónde debe ir el país en el futuro. Exhortó a dejar atrás la defensa del status quo económico, afirmando que «vivimos en el país más rico de la historia del mundo», y enfatizó que no es una idea utópica exigir que cada hombre, mujer y niño tenga acceso a un nivel de vida digno.
El miembro del Congreso apoyó la legitimidad del sistema democrático basado en «una persona, un voto; no multimillonarios que compren elecciones». Recordó que el 1 de mayo tiene raíces históricas en Estados Unidos desde 1886, un «día sagrado» ligado a la lucha de los trabajadores a nivel mundial por derechos fundamentales, que han resultando en conquistas significativas, como programas de bienestar social y estándares laborales mejorados. “Si queremos construir un movimiento para recuperar el poder en este país, es esencial que fortalezcamos el movimiento sindical”, advirtió, subrayando la necesidad de elevar el salario mínimo y garantizar que nadie que trabaje 40 horas a la semana viva en la pobreza.
Este 1 de mayo, aunque no sea un día festivo oficial en el país donde nació, se conmemoró con manifestaciones centradas en las luchas laborales más significativas de las últimas décadas. Hace 20 años, movilizaciones masivas de trabajadores migrantes marcaron la memoria actual de Estados Unidos. Ayer, en miles de lugares, los participantes más destacados fueron los sindicatos y los migrantes, muchos de ellos afiliados a esos sindicatos.
En Chicago, la cuna de la jornada laboral por la lucha de las ocho horas, donde el resto del mundo celebra a los mártires de ese movimiento, se llevaron a cabo marchas con decenas de miles de asistentes, incluyendo contingentes significativos de mexicanos, según destacaron los participantes. Entre los mensajes de las pancartas de los sindicatos y los de Michoacán, uno decía en inglés: «Más Sheinbaum, menos Bukle».
Marchas y concentraciones de coaliciones formadas por sindicatos, grupos sociales, defensores de derechos civiles y un mosaico de ciudadanos descontentos por las acciones de Trump se realizaron en ciudades como Nueva York, Washington, Atlanta y Los Ángeles, entre muchas otras. Las protestas en localidades más pequeñas también fueron notables, especialmente en estados donde Trump ganó las elecciones que lo llevaron a la Casa Blanca.
Los organizadores informaron que hubo un total de 1,273 acciones de protesta en 1,031 localidades. El mensaje central resonó con fuerza: «Para los trabajadores, no por los multimillonarios». Las pancartas llevaban mensajes demandando derechos fundamentales y rechazando los ataques a la salud pública y la ciencia. Otros expresaban solidaridad con los palestinos, junto con uno que decía: «Tantos crímenes, tan poco carton».
Las camisetas y pancartas de los participantes representaron a la UAW Automotive Union, los Servicios SEIU, educadores, empleados de hotel, sector público EGE, así como trabajadores de comunicación CWA y diversas centrales obreras de la AFL-CIO, acompañados por otros sectores y organizaciones sociales. Esto refleja las nuevas alianzas subrayadas por Sanders y otros líderes como esenciales para generar la resistencia necesaria contra lo que ellos consideran un sistema oligárquico.
Algunos líderes están considerando la implementación de reformas que se han propuesto durante décadas en Estados Unidos. Sara Nelson, líder de la Asociación de Sobrecarga de la AFA, reiteró esta semana: «No tenemos muchas alternativas antes de organizar una huelga nacional anormal» que involucre a todos los trabajadores. Shawn Fain, líder nacional de la Automotive Union, también está promoviendo la campaña para una huelga general fijada para el 1 de mayo de 2028, en un intento activo de movilizar a la fuerza laboral hacia un futuro consciente de sus derechos y aspiraciones.



