Anteriormente, este indicador se encontraba en el 3.3%, pero actualmente hay momentos de notable desaceleración para la autoridad monetaria debido a diversas circunstancias globales.
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Según las últimas proyecciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), se anticipa que la economía mundial solo experimentará un crecimiento del 2,8% durante este año. Esta cifra, que es significativamente más baja en comparación con años anteriores, se atribuye principalmente a la incertidumbre generada por los aranceles impuestos por el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, así como a las represalias económicas de otros países en respuesta a estas medidas arancelarias.
Desde el mes de febrero, la administración de Estados Unidos ha implementado una serie de tarifas que afectan tanto a socios comerciales como a competidores en el ámbito global. Estas tarifas han provocado una serie de reacciones en cadena, con muchos países respondiendo con sus propias contramedidas, lo que ha llevado a una creciente preocupación en el ámbito económico.
Inicialmente, la reacción de los mercados financieros fue relativamente positiva. Sin embargo, las tensiones aumentaron considerablemente tras la implementación de las tarifas de «reciprocidad» anunciadas el 2 de abril. A pesar de la volatilidad observada en los mercados de valores durante esos días, se produjo una ligera recuperación cuando el presidente Trump dio a conocer una serie de exenciones parciales y un respiro temporal en la aplicación de tarifas más agresivas.
«La escalada rápida de las tensiones comerciales y los niveles extremadamente altos de incertidumbre política» tendrán un impacto significativo en la actividad económica mundial, señala el informe del FMI. Este tipo de dinámicas provoca que los inversores adopten una postura más cautelosa, llevando a decisiones de inversión más conservadoras y afectando tanto la producción como el comercio alrededor del globo.
A medida que avanzar hacia la segunda mitad del año, los analistas se muestran cada vez más preocupados por la posible prolongación de estas tensiones comerciales. La falta de claridad en la política comercial estadounidense y la continua amenaza de nuevas tarifas generan un clima de incertidumbre que podría obstaculizar el crecimiento económico no solo en Estados Unidos sino también en otros países que dependen del comercio internacional.
Así, es crucial que los líderes mundiales encuentren formas de reducir las tensiones y facilitar un diálogo constructivo, para restaurar la confianza en los mercados y fomentar un ambiente económico más estable para todos los países involucrados.