«El aumento del requisito de visa para los ciudadanos chinos debe analizarse mediante criterios estratégicos»

El reciente anuncio de la canciller Columbia, Laura Sarabia, acerca de la eliminación del requisito de visa para los ciudadanos chinos ha despertado un profundo interés y análisis por parte de la Cámara Americana de Columbus, Amcham Colombia. «La conexión con China es un tema sensible en la política estadounidense», declaró un portavoz de la organización.

Laura Sarabia, después de su intervención, puso de manifiesto que el gobierno colombiano estaba comenzando a evaluar la posible eliminación del requisito de visa para los ciudadanos de China. Este desarrollo ha suscitado preocupaciones en Colombus colombiano, Amcham Colombia, ya que podría tener repercusiones negativas en la ya frágil relación que Colombia mantiene con los Estados Unidos.

De acuerdo con el Ministro de Asuntos Exteriores, durante una conversación con el presidente Gustavo Petro, se abordó el tema de excluir a los ciudadanos chinos y a otras nacionalidades. «El turismo, comercio e inversión en Colombia deben seguir siendo promovidos con un diálogo de visión compartida», enfatizó Sarabia a través de la plataforma de redes sociales X.

Previamente, el presidente de la Cámara Americana Colombo, Amcham Colombia, destacó que la decisión de eliminar o aumentar los requisitos de visa para los ciudadanos chinos debe ser analizada desde un panorama estratégico, considerando además la situación actual entre Colombia y las potencias extranjeras.

«El anuncio de aumentar los requisitos de visa para los ciudadanos chinos necesita un enfoque estratégico», comentó. Resaltando que aunque se trata de una decisión soberana del gobierno, también es importante tener en cuenta cómo puede influir en las relaciones bilaterales y los riesgos asociados de dicha medida.

Los analistas opinan que «la relación con China ofrece promesas significativas, especialmente en términos de balanzas comerciales, lo que no puede ser ignorado en la actual política diplomática, especialmente bajo el gobierno de Donald Trump».

El embajador chino en Colombia, Zhu jingyang, calificó la decisión como «muy buenas noticias, Sra. Canciller».

No obstante, es crucial recordar el contexto de la Guerra Arancelaria en curso entre Estados Unidos y China.

La administración Trump, la semana pasada, realizó un nuevo movimiento en su estrategia comercial, anunciando tarifas progresivas sobre las importaciones de productos chinos en puertos estadounidenses. Esta propuesta, que se basa en el tonelaje de carga, busca debilitar la influencia china sobre sectores considerados estratégicos, como la logística, el transporte marítimo y la construcción naval.

En concordancia con Amcham Colombia, este movimiento se deriva de un estudio exhaustivo del Artículo 301, llevado a cabo por el representante comercial de los Estados Unidos (EE. UU.). El informe concluyó que China ha estado utilizando prácticas comerciales desleales que amenazan sectores clave, impactando directamente la seguridad económica y la soberanía industrial de los Estados Unidos. En respuesta, se implementarán estas tarifas en dos fases: inicialmente, un periodo de 180 días sin recolección, seguido por la imposición de tarifas a los buques que transporten productos chinos desde astilleros en China.

El embajador Greer, junto con el representante Peter, indicó que estas medidas están diseñadas para revertir el dominio chino, fortalecer la cadena de suministro nacional y promover la demanda de barcos fabricados en los Estados Unidos. Además, se contempla un esquema tarifario para vehículos transportados en barcos construidos en el extranjero, con el fin de incentivar el uso de embarcaciones producidas en el país.

A pesar de presentarse como una acción destinada a proteger la seguridad económica nacional, estas medidas generan inquietudes en los sectores de exportación, debido a su potencial impacto en los costos logísticos y las tensiones diplomáticas. La posibilidad de represalias por parte de Beijing y los desórdenes en las cadenas de suministro globales son escenarios reales y preocupantes.

Con estas decisiones, la Casa Blanca está reafirmando su regreso a una agenda industrial y nacionalista, similar a la que caracterizó la primera administración de Trump, marcando el camino hacia políticas comerciales más agresivas que probablemente tendrán efectos más amplios en el comercio internacional.

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