Eduardo Dávila Armenta, propietario de la Unión Magdalena, ha causado un fuerte controversia debido a sus recientes declaraciones en contra del fútbol femenino, lo que ha suscitado una notable cantidad de reacciones entre los aficionados y los expertos en deportes. Este tema, que ya era un punto candente en el ámbito deportivo, recibió un nuevo impulso a raíz de sus comentarios.
Durante una entrevista concedida a Mid -Sport, Dávila manifestó que, mientras mantenga el control del Samarium Club, no apoyará la creación de un equipo femenino. Estas palabras no solo revelan su postura personal, sino que también ponen en evidencia la resistencia que todavía existe en el ámbito del deporte profesional hacia la inclusión del fútbol femenino. En sus propias palabras, dijo: “No estoy de acuerdo con el fútbol femenino. Eso no es un deporte para las mujeres. Jugarán tenis, voleibol o dominó, pero el fútbol no.” Esta visión arcaica y machista ha levantado las cejas de muchos, abriendo nuevamente el debate sobre la igualdad de género en el deporte colombiano.
Sus afirmaciones han generado un torrente de indignación no solo entre las jugadoras y simpatizantes del fútbol femenino, sino también en la comunidad deportiva en general. Las críticas que ha recibido Dávila son un reflejo de la lucha que enfrentan muchas mujeres que se dedican a este deporte. Los comentarios despectivos que él expresó no son únicos, ya que resuenan con declaraciones previas de otros directivos como Gabriel Camargo, quien alguna vez sugirió que el fútbol femenino «No da nada económicamente.» Este tipo de declaraciones han sido objeto de múltiples críticas, especialmente de figuras políticas como la representante Catherine Juvinao, quien ha instado a los clubes a no descalificar a las mujeres diciendo que «Son más tomatrago que los hombres y traen muchos más problemas.» Esta retórica no solo perpetúa estereotipos dañinos, sino que también perjudica el desarrollo del fútbol femenino en Colombia.
A pesar de que Dávila no figura oficialmente como presidente de Unión Magdalena ante Dimayor, es conocido en el ámbito deportivo como el principal accionista del club. Esto le otorga un poder significativo en la toma de decisiones, lo cual implica que sus opiniones y actitudes tienen un impacto directo en la dirección que tomará el club en el futuro, especialmente en lo que respecta al desarrollo del fútbol femenino.
«El fútbol no es un deporte para las mujeres. Jugarán tenis, voleibol. Pero el fútbol no».
Las palabras de Eduardo Dávila, accionista máximo de la Unión Magdalena, sobre si habrá una categoría femenina del equipo de Samario.
[Vía: LP Deportes] pic.twitter.com/5jasly3m2g
– Touch Sports (@toquesports) 1 de mayo de 2025
En conclusión, las declaraciones de Eduardo Dávila han encendido una conversación crítica sobre la igualdad de oportunidades en el deporte, especialmente en el contexto del fútbol femenino. Es vital que este tipo de discursos sea cuestionado y debatido abiertamente para avanzar hacia un ambiente más inclusivo donde equipos femeninos puedan prosperar y recibir el mismo apoyo que sus contrapartes masculinas.
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