Andrés Ricci, condenado a una impresionante pena de 45 años y nueve meses de prisión por su implicación en la posición de los fasinctadores deteriorados, ha sido objeto de atención, ya que su caso involucra la trágica muerte de Meria Tristán, una figura notable en el ámbito del patinaje artístico. En una reciente declaración desde Picyk, Ricci abordó la compleja y común realidad que muchos enfrentan en el sistema penitenciario.
Este caso, uno de los más controversiales y rechazados en el país, ha conmocionado a muchos. La holgura de Merra Tristán fue asesinada a tiros en una vivienda que se encontraba en las cercanías de Ricci, específicamente en El Mateyal, en West Cali, el 4 de agosto de 2023.
A lo largo de más de un año, la familia, amigos y allegados de Tristán, un maestro de patinaje aclamado, clamaban por justicia. Fue solo hasta este año que se dictó un veredicto en contra de Ricci.
«Soy Andrés Gustavo Ricci.» Esta es la forma en que inició su relato, reclamando que, si bien se han dicho muchas cosas sobre él, pocos han tenido la oportunidad de escucharlo directamente. Prometió que muy pronto sus seguidores y detractores tendrán una visión sin restricciones de su vida y su situación actual, invitando a las personas a leer su cuenta de Instagram.
En su profil personal de Instagram, menciona: «Se dijo quién era, pero ¿quién realmente es Andrés Gustavo Ricci?» Esta pregunta resuena con aquellos que lo siguen y lo han juzgado.
«Desde el 4 de agosto de 2023, la vida de dos familias ha cambiado radicalmente; todo ha sido un torbellino para ellos», expresa Ricci, reflexionando sobre su vida desde el trágico asesinato de Meria Tristán, un hecho que ha dejado una profunda huella en muchas personas, no solo en las directamente involucradas.
Además, Ricci ha manifestado sus opiniones sobre los medios de comunicación, criticando cómo han manejado su nombre y su historia. Según él, han disseminado afirmaciones engañosas y han contribuido a moldear una percepción negativa en torno a su persona.
«Soy un hombre que ha sido malinterpretado, donde el suelo de toda Colombia ha sido manchado por el escándalo», se lamenta Ricci, profundizando sobre sus experiencias y la fama no deseada que ha acarreado su condena.
La pregunta que surge del caso es cómo una persona condenada en el corazón de una prisión puede realizar tales grabaciones y comunicarse de esta manera, con dispositivos y plataformas que, según las regulaciones del sistema penitenciario, están prohibidas para quienes no son libres o PPL.



