Diego Fernando Bustamante Segura ha continuado con su vida de lujos y excentricidades, así se encuentre por fuera del país —autoridades hablan de España—, luego de ser liberado hace tres años por vencimiento de términos.
El hombre, que suele lucir millonarias cadenas, pulseras y anillos, que en cada cumpleaños se desborda en celebraciones y que ha sido el heredero de un clan de padres, hermanos, tíos y sobrinos, con un todo un complejo turístico en playas de Buenaventura, sigue siendo el principal cabecilla de ‘los Shottas’ en la ciudad puerto vallecaucana.
Por su parte, Jorge Isaac Campaz Jiménez, alias Mapaya, también ha consolidado su poder al frente a ‘los Espartanos’, especialmente, desde en el extranjero a donde huyó. Fue detenido en 2017, pero en 2021 tenía casa por cárcel y luego se fugó, siendo uno de los más buscados en Buenaventura.
Es allí donde los homicidios vienen elevándose en este año, pese a los intentos del Gobierno Nacional de mantener la mesa de negociaciones con un pacto de no agresión que empezó en 2022 con este y el grupo armado contrario: ‘los Espartanos’.
Publicación en EL TIEMPO Cali, en septiembre de 2022. Foto:EL TIEMPO Cali
Pero mientras en Buenaventura, delegados del Gobierno y algunos voceros de ‘Shottas’, detenidos en la estación de Policía llamada Marte en la ciudad puerto con otros más de 200 miembros de la banda aseguran tener intención de ser parte de la ‘paz total’ del presidente Gustavo Petro, compartiendo patio con ‘Espartanos’, la guerra a sangre y fuego que estas bandas criminales libran desde hace cinco años entre la pobreza de este municipio del Valle del Cauca se trasladó a un país ubicado a más de 5.000 kilómetros: Chile.
EL TIEMPO Cali ya había dado a conocer planes de las bandas en publicación del 8 de septiembre de 2022, con informes de inteligencia de la Policía que daban cuenta, sobre todo, de la estrategia de ‘los Espartanos’ en el país austral, utilizando puertos chilenos para llevar droga desde Buenaventura.
Según fuentes de la Policía, los ‘Espartanos’ no han querido conformarse con el poder territorial en Buenaventura. La estructura narcotraficante ha ido afianzando desde hace una década una ‘franquicia internacional’ del crimen, posicionándose no solo con envíos de cargamento de cocaína a puertos, como Valparaíso o Antofagasta, en Chile, buscando permear a funcionarios portuarios.
Bandas en Buenaventura. Foto:Suministrada
De acuerdo con las mismas fuentes de la Policía, autoridades chilenas tienen conocimiento de que integrantes de ‘Espartanos’ y ‘Shottas’ fueron llegando a Chile para quedarse desde hace unos 10 años. En ese entonces, las bandas eran parte de ‘la Local’, una sola fuerza de terror en Buenaventura de extorsiones, secuestros y asesinatos con la macabra práctica de tortura a desaparecidos: ‘las casas de pique’ que en la actualidad son de bajo perfil.
Las mismas autoridades, con base en reportes de la Policía y de la Oficina del Alto Comisionado para la Paz estiman que ambas bandas reúnen a entre 1.200 y más 1.700 hombres, la mayoría de ‘los Espartanos’ que ocupan la comuna 12, una de las más grandes en Buenaventura.
La historia de estas dos facciones se remonta en un comienzo a la banda ‘la Empresa’ del clan Bustamante, con Éver Bustamante, padre de ‘Diego Optra’, como uno de sus cabecillas, enfrentada en el casco urbano de Buenaventura al ‘clan del Golfo’ o ‘clan Úsuga’ que también se hacía llamar ‘los Urabeños’, disputándose las 12 comunas del área urbana de la ciudad puerto.
Las comunas de Buenaventura más codiciadas han sido históricamente la 3, la 4, la 10 y la 12 por sus salidas al mar para sacar cargamentos de cocaína hacia Centroamérica, Suramérica y Estados Unidos.
En la primera década del 2000, ‘la Empresa’ y ‘clan del Golfo’ se declararon la guerra en torno a drogas y armas, sin dejar de lado amenazas, homicidios, desapariciones y extorsiones a la sociedad civil, causando desplazamientos entre barrios de Buenaventura. Mientras tanto, la zona rural era disputada por el Eln, la entonces Farc y el ‘clan del Golfo’.
Posteriormente, con el paso de los años, hubo un pacto de no agresión entre ‘la Empresa’ y el ‘clan del Golfo’, este último con nexos con la banda ‘la Local’, surgiendo en el hampa. Luego, ‘la Empresa’ se integró a ‘la Local’ y los Bustamante ascendieron en la cadena criminal.
Seguieron las extorsiones, como a comerciantes en la plaza de mercado, controlando el ingreso de productos, pero con pagos de ‘vacunas’.
En ese momento, Colombia se horrorizó al conocer la existencia de las ‘casas de pique’, práctica de tortura y asesinato de desaparecidos con desmembramiento de cuerpos. Era el 2014 hasta que Éver y su hermano Édgar ‘Yuca’ Bustamante fueron capturados en una operación conjunta con la DEA de Estados Unidos. Cayeron en Panamá y Lugo Bustamante quedó como jefe de ‘la Local’.
Cabecillas de bandas de Buenaventura en Chile. Uno de ellos, Luis Cuadros. Foto:T13, MEDIO DE CHILE TRANSMITIÓ CASO POR TELEVISIÓN.
Los cabecillas en Chile
En 2016 hubo 66 homicidios en Buenaventura, según el Instituto Nacional de Medicina Legal. Ya en ese año, en el radar de la Policía Marítima de Chile, perteneciente a la Armada, empezaron a ser identificados cabecillas de las bandas con bonaverenses y chilenos en su país, entre ellos, Max Jaramillo, alias Cholín; otro es el ‘Abuelo’ y Luis Eduardo Cuadros González, a quien le dicen ‘El Burro’ y se ha convertido en uno de los principales cabecillas de ‘Espartanos’ en Santiago, capital de Chile. Es el otro ‘Mapaya’, pero en territorio austral. Todos ellos son señalados no solo del tráfico, sino de ordenar asesinatos de jóvenes y adultos en Santiago, capital de Chile.
‘El Burro’ ingresó de manera ilegal a Chile en aquel 2016 y como otros miembros de la entonces ‘la Local’ trató de radicarse en Santiago con acceso a los puertos, como Antofagasta.
Mientras tanto, en Buenaventura, la cifra de homicidios siguió subiendo en 2017 con 73 muertes más. En 2018, ascendieron a 96 y en 2019, bajaron a 90. El 27 de abril de ese año, las autoridades capturaron a Lugo y su sobrino e hijo de Éver, Diego Fernando Bustamante Segura o ‘Diego Optra’, se volvió el jefe supremo de ‘la Local’.
Cabecillas de bandas de Buenaventura en Chile. Uno de ellos, ‘Cholín’. Foto:T13, MEDIO DE CHILE TRANSMITIÓ CASO POR TELEVISIÓN.
Pero empezaron a surgir tensiones en el interior de la banda ‘la Local’, entre 2019 y 2020, aunque en ese último año bajaron los homicidios a 81. Entre tanto, alias El Burro trató en 2019 de que Extranjería en Chile le aprobara su permanencia, pero no fue así, pues la Policía comprobó que tenía antecedentes penales por una condena en Colombia por fabricación, tráfico y porte ilegal de armas de fuego en Buenaventura.
La división entre ‘Shottas’ y ‘Espartanos’ continuó hasta que ‘la Local’ se convirtió en las dos facciones conocidas: ‘Shottas’, con ‘Diego Optra’ a la cabeza hasta hoy, y ‘Espartanos’ con ‘Mapaya’, su actual cabecilla.
La guerra se declaró en Buenaventura, al punto de que en 2021, el desangre en la ciudad dejó 191 asesinatos. Esas acciones de las bandas se agitaron durante ese año del paro nacional y el estallido social en todo el país, especialmente, en el Valle del Cauca y en Cali.
Aunque desde el primero de octubre de 2022 con un partido de fútbol, las bandas anunciaron un cese al fuego en Buenaventura con un pacto y el 7 de diciembre de ese entonces, ante el presidente Petro y la vicepresidenta Francia Márquez, se abrió la mesa de diálogo, pero sin un marco jurídico hasta este 2025 con negociaciones dando tumbos, los homicidios han seguido por parte de estas bandas, sin parar el tráfico de drogas y ni extorsiones.
Zona de Franflin, área comercial donde está la disputa entre bandas ‘Shottas’ y ‘Espartanos’. Foto:T13, MEDIO DE CHILE TRANSMITIÓ CASO POR TELEVISIÓN.
El barrio Franklin, la ‘pequeña Buenaventura’ en Chile
Mientras tanto, en Santiago de Chile, ‘Espartanos’ y ‘Shottas’, ya divididos estaban aumentando su influencia en un barrio de Santiago, capital de este país, aunque con más presencia de ‘Espartanos’ que se ha convertido en una ‘pequeña Buenaventura’ con asesinatos a la cabeza de las víctimas en plena luz del día. Ese barrio es Franklin, un sector industrial y comercial con alrededor de 4.000 establecimientos.
Allí funciona un complejo tipo San Andresito con locales cubiertos, uno frente al otro, formando pabellones con una extensa zona de parqueaderos. Su nombre es el Persa Biobío, donde en los últimos dos años, las autoridades chilenas han realizado operativos dejando, al menos, 50 capturados con incautaciones de teléfonos celulares robados, especialmente, de ‘los Espartanos’.
En el sitio y en su zona de influencia se venden droga y artículos de contrabando y falsificados. El pasillo 17 del centro comercial Persa Biobío es uno de los sitios donde se concentra la venta de droga.
El centro comercial Persa Biobío era donde llegó a funcionar un antiguo matadero que tenía galpones. Las autoridades territoriales en Santiago cedieron ese espacio a comerciantes y vendedores, muchos de los cuales, eran ambulantes.
Como ha sucedido en Buenaventura con cada captura de cabecillas que suben en la cadena criminal para continuar con ese régimen terror, en el barrio Franklin de Chile ha sido igual.
Fue en 2023, al año siguiente de la supuesta tregua declarada tregua, que fue capturado alias Cholín, subiendo al trono ‘El Burro’, quien hoy se encarga de dirigir una célula de jóvenes afrodescendientes de Buenaventura en Franklin para vendan y reciban drogas en el Persa Biobío, de la mano de pequeños narcotraficantes chilenos como testaferros. Uno de ellos, Camel Viveros.
Según las mismas fuentes de inteligencia en Colombia, en Chile tienen información de que bodegas, locales comerciales dentro del centro Persa Biobío y hasta las llantas de los carros estacionados en el parque del mismo complejo son utilizados para ocultar droga.
Pese a los esfuerzos de la Brigada de Investigación Criminal (Bicrim) de la Policía de Investigaciones (PDI) con grandes operativos que en febrero de este 2025 dejaron más de 30 capturas de ‘Espartanos’ y allanamientos en 48 locales comerciales, el narcotráfico y los asesinatos no se han detenido en en el barrio Franklin.
El año pasado, un joven que tenía una barbería en Persa Biobío, donde guardaba droga, así como en su vivienda, fue asesinado por disparo en la cabeza. Otra de las víctimas fue la arrendataria de un predio en Franklin que por reclamar el pago de alquiler fue asesinada en el último año, cuando sacó a pasear a su mascota. También recibió un disparo en la cabeza.
La misma Fiscalía en Chile tiene informes de que ‘Espartanos’ y ‘Shottas’ están en guerra en esa zona de Franklin, donde los comerciantes, como ocurre en Buenaventura, tienen miedo. Uno de ellos dijo a un medio de comunicación local que «eso antes no se veía», al referirse a los cobros de ‘vacunas’ o extorsiones. Se dice que desde 2021, ‘los Espartanos’ empezaron a delinquir en el barrio Franklin de Chile.
El narco a la antigua
‘Los Shottas’ de ‘Diego Optra’, al que las autoridades consideran un narco a la antigua que cumplirá 34 años el próximo 3 de octubre, no ha cesado en la disputa contra la banda encabezada por Jorge Isaac Campaz, alias Mapaya, quien también está huyendo en el extranjero y ha recorrido ciudades de Estados Unidos, como Miami, o ha estado en Centroamérica, en Costa Rica.
Ambos grupos siguen empleando barcos y sumergibles para transportar cargamentos de cocaína a Estados Unidos, Europa Centroamérica y Suramérica, con países como Ecuador y Chile.
Como lo señalaron expertos consultados por EL TIEMPO, el hecho de que ambas bandas tengan a cabecillas con tanto poder como ‘Diego Optra’ y ‘Mapaya’, un poder que les otorga estar por fuera del país les permite mayor libertad de imponer órdenes y liderar tráficos millonarios por mover drogas más allá de las fronteras con contactos en los países donde han encontrado donde ocultarse, trasladando la comisión de delitos a esos lugares.
Además de los homicidios selectivos que continúan dejando a la población civil en medio, en Buenaventura, involucrando a familiares de miembros de las bandas, están los secuestros y el reclutamiento de menores, mediante la táctica de enamorar a niñas y adolescentes con edades entre los 13 y los 17 años.
Fuentes judiciales indicaron que estas bandas ‘Shottas’ y ‘Espartanos’ con alianzas con ‘clan del Golfo’ y el frente ‘Jaime Martínez’ de las disidencias de las Farc se mantienen fortalecidas y que el cese al fuego que anunciaron desde 2022 con el Espacio Sociojurídico en 2023, lo único que ha hecho es generar una pausa de los disparos, pero las estructuras siguen delinquiendo en el Valle del Cauca con tráfico ilegal en países.
Pero en Buenaventura no solo la guerra la siguen librando ‘Shottas’ y ‘Espartanos’, este último con un brazo armado de sicarios llamado ‘los Chiquillos’, de alias Robert y cuyo hijo de 18 años fue asesinado en febrero pasado, causando la ruptura de la tregua en marzo.
Estos grupos siguen firmes en sus alianzas con disidentes de las Farc y carteles mexicanos, como ‘Sinaloa’, además de que permanece la influencia de la ‘Segunda Marquetalia’ y del Eln, en el área rural de Buenaventura por lo que los delitos nunca han cesado.
Los homicidios no dan tregua
Al año siguiente del inicio de la tregua, esta empezó a tambalear y aunque ya los bonaverenses no quedaban en medio de balaceras entre las bandas aumentaron los homicidios selectivos de estos grupos contra sus integrantes de lado y lado, agravando éxodos en los barrios.
No obstante, de acuerdo con la Personería de Buenaventura y la Defensoría del Pueblo, la ciudad puerto viene con desplazamientos intraurbanos desde hace más de una década. En 2014, cuando las casas de pique se hicieron públicas, los desplazamientos continuaron.
Fue durante el primer semestre de 2023 que el proceso de conversaciones se descarriló por más homicidios, como lo manifestó el obispo de Buenaventura en aquel momento.
Por ello, se hizo necesario que en julio de ese año se estableciera, de nuevo, la voluntad entre las partes. Sucedió, pues que a mediados de 2023 se instaló el Espacio de Conversación Sociojurídica y a partir del 10 de agosto de ese entonces, las bandas acordaron una tregua inicial de 30 días. Pero, continuaron homicidios de miembros de las bandas, aunque no en la calle. Eran selectivos.
En 2024 hubo un descenso de los asesinatos en todo Buenaventura frente al 2023 del 47 por ciento. En ese último año se contabilizaron 86 muertes, según Medicina Legal.
Este panorama refleja que los diálogos entre las dos bandas de Buenaventura han sido frágiles con plazos que han ido prolongando la tregua hasta que se rompió a partir del 5 de febrero de este 2025. No se reanudó por el asesinato del hijo de ‘Robert’ y los homicidios comenzaron a dispararse. En marzo iban 50 y al 24 junio pasado, la cifra aumentó a 76, según la Policía Valle. Es una cifra preocupante porque corresponde a casi seis meses frente a los 86 de todo el año pasado.
Durante junio se registraron 13 homicidios, la mayoría de los casos en la comuna 12, considerada el sitio de ‘Espartanos’ que ‘los Shottas’ han buscado dominar. Entre esas víctimas hombres adultos y jóvenes, como Ricardo Torres Riascos, asesinado en la comuna 12.
Otra víctima fue el señor Nevy Alexánder López, en el barrio Unión de Vivienda. En ese barrio también fue asesinado Wílber Mosquera Grueso, de 56 años, y su hijastro Wilson Jair Valencia, de 23 años. También fue asesinada una mujer trans. Los barrios con más homicidios fueron Unión de Vivienda, El Progreso y Nuevo Amanecer.
Mientras la guerra a muerte ha aumentado en Santiago de Chile, en Buenaventura, ‘Shottas’ y ‘Espartanos’ iban prorrogando los plazos de una frágil tregua que hoy no está clara, pues siguen los homicidios.
¿Y las extorsiones?
En toda esta década no han parado las extorsiones en Buenaventura ni cuando las bandas eran ‘la Local’ ni ahora como facciones, pese a la mesa de diálogos que ha sido más que una mesa, espacio de conversaciones que no ha arrojado decisiones significativas.
Según la Defensoría del Pueblo, estas extorsiones se mantienen en todas las 12 comunas, por lo que siguen los desplazamientos intraurbanos. Tampoco hay cifras de las denuncias precisas por miedo a las amenazas, pero en este estamento y en la Personería coinciden en que no han cesado.
Hay extorsiones, inclusive a viajeros por carretera, a comerciantes y a lancheros. Además, las extorsiones no solo son por parte de ‘Shottas’ y ‘Espartanos’. Las extorsiones a comerciantes de la plaza de mercado va de 15 a 40 millones de pesos al mes.
El frente ‘Jaime Martínez’ las exige a poblaciones de veredas de Buenaventura.
A este panorama se suman más de 25 desaparecidos, según la Fiscalía frente a 26 del mismo periodo del 2024. Abril fue el mes más complejo, con cuatro desaparecidos. Asimismo, las autoridades señalaron que hay un subregistro, pues muchos ciudadanos temen denunciar porque hay grupos armados involucrados, entre las bandas y otros con influencia narcoparamiliar. aaa
Diálogos, aún sin marco jurídico para definir condiciones y reglas
Asimismo, aún no hay un marco jurídico de los diálogos, como lo señalaron algunos analistas políticos de conflicto y paz, como Diego Arias.
Buenaventura Foto:Natalia Cárdena Chaux
“El proceso de dialogo socio-jurídico con los grupos Shottas y Espartanos en Buenaventura, en el que ha estado empeñado el gobierno nacional en el marco de la Paz Total, es un enorme desafío que debe superar múltiples retos, incluidas la desconfianza ciudadana en el proceso, la persistencia de estos grupos en practicas delictivas como las extorsiones, amenazas, narcotráfico, microtráfico y homicidios y control territorial”, explicó Arias. «Hay otro desafío, no existe aún el marco jurídico que haga posible el desarme de estos grupos y la desarticulación de toda su actividad ilegal”, agregó.
De acuerdo con el delegado del gobierno Gustavo Petro en la mesa, Fabio Cardozo, la mesa de diálogo por parte del Estado nunca se ha levantado. «Con quienes se construye paz. Hay disposición de conversar con ellos o con cualquier actor siempre y cuando den muestras de paz y cesen las actividades violentas, sin ningún veto para nadie. Estamos dispuestos a construir paz con quien esté dispuesto a construirla», ha venido señalando.
Buenaventura. Foto:Santiago Saldarriaga / EL TIEMPO
Cardozo ha dicho que el tema de la paz “no puede depender de una tregua entre criminales”. Insistió en que el Gobierno Nacional debe ser garante para brindar la seguridad que reclama la ciudadanía, en defensa de sus derechos, entre ellos, el de la vida y el de la libre movilidad.
El funcionario dijo que con ‘los Chiquillos’ no hay una directriz, pues la que ha centrado el Gobierno cubre a ‘Shottas’ y ‘Espartanos’.
Cardozo ha sido crítico de las bandas, pues ha manifestado opiniones meses atrás, como lo dijo a EL TIEMPO, sobre la tregua. “Que se había convertido en una mampara para fortalecer el control y la influencia criminal de las bandas en Buenaventura”. Esta postura ha hecho, inclusive, que algunos voceros de ‘Shottas’ que están en la cárcel muestren su inconformidad con el funcionario y pidan a otro delegado.
El expersonero de Buenaventura Arlington Agudelo dijo que no ha estado de acuerdo con la manera cómo se estructuró ese proceso porque la justicia transicional.
«Justicia transicional como elemento de superación de conflictos entre los pueblos permite mecanismos jurídicos y políticos que permiten a un Estado, a un pueblo, pasar de una situación de guerra y hostilidad a una situación de paz y fraternidad. Pero tenemos que buscar esos mecanismos jurídicos y políticos que permitan llegar a ese estado. Desafortunadamente, la legislación colombiana no permite que a las bandas delincuenciales se les apliquen mecanismos de justicia transicional. Con las bandas delincuenciales, como los paramilitares no se hace proceso de paz, se hace proceso de sometimiento y como se hace proceso de sometimiento, estos grupos delincuenciales se vuelven resistentes a los procesos de paz porque la única alternativa que les queda es dejar armas, confesar delitos e ir a la cárcel».
CAROLINA BOHÓRQUEZ
Corresponsal de EL TIEMPO
Cali
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