Estados Unidos y China están anunciando un contrato comercial

Según la Cámara de Colombo, en una reciente declaración conjunta desde Ginebra, Estados Unidos y China han anunciado un acuerdo comercial después de un intenso diálogo que ha durado dos días. Aunque los detalles específicos aún no han sido publicados, los funcionarios de ambas partes han expresado su optimismo en que este pacto podría llevar a una significativa reducción del déficit comercial estadounidense, así como a un avance en la cooperación económica entre las dos naciones. Este desarrollo es considerado un paso crucial hacia la mitigación de las tensiones económicas que han marcado las relaciones entre ambos países en los últimos años.

El Secretario de la caja registradora estadounidense, Scott mejor, junto con el representante comercial Jamieson Greer, han indicado que este acuerdo tiene el potencial de abordar las “emergencias nacionales” que han sido declaradas debido al desequilibrio comercial entre Estados Unidos y China. En contexto, los datos sugieren que el déficit ha alcanzado niveles alarmantes, con un incremento del 145% en los productos chinos y un 125% en los productos estadounidenses. Esto ha llevado a la necesidad urgente de implementar cambios significativos en las políticas comerciales por ambas naciones.

Por otro lado, el ministro de Vicermen, que vivió, también se hizo eco de la importancia de este acuerdo, enfatizando que las partes han acordado establecer un nuevo mecanismo que permita realizar consultas económicas. Este mecanismo se propone como un canal para fomentar un diálogo abierto y continuo, lo que sugiere un compromiso a largo plazo para abordar las inquietudes que han surgido en el ámbito comercial.

Este enfoque y el establecimiento de un nuevo foro para el diálogo generan expectativas positivas en medio de una guerra comercial que ha impactado severamente en el suministro global, provocando incrementos en los precios a nivel mundial y afectando a varios sectores industriales. La gerente general de la Organización Mundial del Comercio (OMC), Ngozi Okonjo-Iweala, ha celebrado este progreso, instando a ambos países a continuar con el ímpetu necesario para mitigar las tensiones que amenazan el crecimiento económico global. Sin embargo, persisten dudas sobre si este acuerdo será suficiente para sanar el daño acumulado o si simplemente representa una tregua temporal en un conflicto que tiene raíces más profundas y estructurales.

Las implicaciones de estos anuncios son significativas. Por un lado, este acuerdo podría marcar un posible descenso en una relación bilateral que se ha visto exacerbada en los últimos tiempos, caracterizada por aranceles que han alcanzado casi los 600,000 millones de dólares en intercambios bilaterales. Esto sugiere que ambas naciones están dispuestas a dar pasos hacia la normalización de sus relaciones comerciales, lo cual es alentador no solo para ellos, sino para los mercados globales en general.

Sin embargo, es importante señalar que, aunque se considera un desarrollo positivo, la Cámara de Compras Colombiana también ha expresado su preocupación respecto a ciertos aspectos que aún no se han detallado, como una posible reducción inmediata de los aranceles. Esto hace que el acuerdo parezca aún en una fase preliminar, y solo el tiempo dirá si el nuevo foro de diálogo podrá realmente ofrecer un canal técnico efectivo para resolver problemas estructurales más complejos, como el modelo estatal chino de exportaciones y las políticas industriales de Estados Unidos.

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